La Revolución francesa, las guerras napoleónicas que azotan
Europa y la crisis interna de los sistemas de Antiguo Régimen, provocan la
pérdida de la fe en la Razón. Como reacción, aparece una nueva sensibilidad que
se caracteriza por conceder un valor primordial al sentimiento, la exaltación
de las pasiones, la intuición, la libertad imaginativa y al individuo. El
romanticismo es, ante todo, una manera de sentir. El Romanticismo es
un movimiento artístico y literario que apareció al final del siglo XVIII
y principios del XIX, que dio fuerza, emoción, libertad e imaginación a la
clásica corrección de las formas del arte, fue una rebelión contra las
convenciones sociales. El siglo XIX es políticamente bastante comprometido
se producen movimientos independentistas, se desarrolla el nacionalismo, la industrialización,
el nacimiento de la burguesía. En el campo del arte se renueva la arquitectura
con la aparición del hierro que ofrece nuevas posibilidades y surge la
arquitectura utilitaria. También aparece la fotografía que pone de moda la
realidad.
Se desarrolló en la primera mitad del siglo xix,
extendiéndose desde Inglaterra y Alemania hasta llegar a otros países. Su
vertiente literaria se fragmentaría posteriormente en diversas corrientes, como
el parnasianismo, el simbolismo,
el decadentismo o
el prerrafaelismo, reunidas en la denominación general de posromanticismo,
del cual derivó el llamado modernismo hispanoamericano.
Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, la pintura y la
música. Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo xx.
El Romanticismo se opone al carácter encorsetado de la
pintura académica, rompiendo con las reglas de composición. Su temática busca
la evasión, los lugares lejanos y las épocas pasadas. Algunas causas como la
guerra de la independencia griega gozan de un gran predicamento entre los
románticos. Entre sus máximos exponentes se encuentran los franceses
Géricault y Delacroix, los ingleses Contable y Turner, que anticipa el
impresionismo, y el germano Friedrich.
Los términos “clásico” y “romántico” son utilizados como términos críticos al
arte de cada época. A mediados del siglo XVIII, aparece una división entre lo
clásico y lo romántico a partir de la obras de Burke y Winckelmann. Los
clasicistas creían que el arte debía buscar la noble simplicidad y la sosegada
grandeza. Los románticos, por el contrario, creían que el arte debe
sustentar emociones. El término romántico tiene diferentes
interpretaciones: peyorativas o laudatorias. El término se acuñó a finales del
siglo XVIII para definir una nueva actitud artística que quería poner de
relieve lo local y lo individual frente al universalismo, y lo emotivo frente a
lo racional. Se propugna la experiencia y romper con el arte mimético y las
copias.
Aunque los historiadores suelen separar los estilos, lo cierto es que el
Romanticismo y el Clasicismo se combinan. El fin podría fijarse con el comienzo
del Realismo, aunque resurgían con el Simbolismo.
Ahora les pondremos un vídeo sobre lo dicho...
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